Como este año la marcha senderista era por el camino del Vedau, y habiéndose modificado parte de la ruta, algunos miembros del club nos pusimos manos a la obra y herramienta al hombro, salimos con decisión a limpiar y señalizar el recorrido.
A pesar de la dureza del trabajo porque los caminos viejos, si no se repasan, se cubren de maleza, también disfrutábamos de bonitas vistas de nuestro pueblo.
Con el cuchillo-sierra mágico de Pablo, no había nada que se nos interpusiera en el camino.
La lucha contra las sargas fue feroz, pero con insistencia no había nada que se nos pusiera por delante.
El arduo trabajo invitaba a refrescar "o garganchón", y algunos se amorraban cual "chavalín"
Cuando nos quisimos dar cuenta, llegando a la Punta el Raso, se nos echaba la noche encima, y había que apresurar el paso.
Llegando al coche ya era "de noche oscuro", pero todo el recorrido ya estaba en condiciones para realizar la marcha senderista, gracias a la voluntad y el buen hacer de todos los que participamos.
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